El 12 de octubre y la primera civilización planetaria
Dicen que la
libertad es la capacidad de hacer algo bueno sin ser interrumpido: Por eso,
quiero aprovecharla para exponer algunos puntos de
vista personales sobre el reciente día 12 de octubre. Antes, me gustaría
advertir que no soy historiador, sino sólo un lector muy interesado en temas
del pasado que nos constituyen. No obstante, sí soy un patriota y desde esa
visión es que escribo esta nota.
Al definirme como
patriota dejo claro que amo a mi Patria, que es el Perú; pero también tengo un
gran cariño por toda la nación que es la hispanidad. Estoy tan identificado con
ella, que no puedo sentirme extranjero cuando estoy en Buenos Aires, Bogotá o
Quito. Lo único que veo es que soy un forastero que anda visitando a los
vecinos. Y eso es debido a que la hispanidad ha pasado de ser un simple tema
geopolítico, a ser una cultura o, mejor dicho, una civilización por derecho
propio.
El germen de esta
civilización -por cierto, la primera en ser global- se da durante el proceso de
Reconquista de la península ibérica. En esos años nuestros ancestros conocieron
la misión que tenían en la historia universal, que era ganar territorios y
almas para la cristiandad. De esta manera, una vez expulsados los invasores
musulmanes, empieza la gran hazaña. Como toda gran empresa, necesita un
respaldo económico. Por ello, se une al mandato divino, la necesidad de abrir
nuevas rutas comerciales hacia China y la India. Con los pre-requisitos
presentes, la Monarquía Católica se lanza al océano Atlántico en la busca de un
nuevo camino a la India. De esa manera, encontró al nuevo continente y lo
integró al mundo conocido.
A diferencia de
otros pueblos europeos, nuestros antepasados no iban por el mundo como simples
extractores de recursos, es decir cazadores – recolectores (parecidos a los
hombres de la edad de piedra), incapaces de crear civilización y riqueza. Los
españoles de hace medio milenio no buscaban únicamente prosperidad. A ellos los
movía algo mucho más elevado. Por eso, el proceso que comenzó con el
descubrimiento de América siguió durante muchos años con la exploración,
conquista y civilización de los territorios que se iban conociendo.
Junto con la
evangelización, el mestizaje se inició. Y no hablo de sólo un mestizaje racial,
sino también de la cultura autóctona y la española. España dio a los nativos
escritura en sus idiomas propios; les enseñó español y latín; y, tecnologías
diferentes. Además, creó hospitales, industrias, mejores caminos,
universidades, ciudades, intercambio comercial, orden jurídico. Por otro lado,
la fe Católica reconoció la dignidad humana de los indios; algo que ninguno de
los imperios pre hispánicos había hecho con sus habitantes.
No olvidemos, por
ejemplo, que los sacrificios humanos eran práctica común en la antigüedad y la
llegada de los españoles puso fin a eso. También, tengamos presente, que el 80%
del oro y plata extraídos de las minas americanas sirvió para financiar la
construcción de toda la infraestructura que requería la Monarquía para
establecerse adecuadamente acá y dar un gran nivel de vida a sus súbditos. Por
lo tanto, está claro que España vino para quedarse. Es decir, nunca vio al
nuevo mundo como un lugar de paso donde solo estaría mientras hubiera algo
material que sacar. La nuestra es una civilización creadora y no depredadora.
Para la Monarquía
Católica, América fue siempre un territorio suyo, donde se aplicaron las mismas
leyes y las personas tuvieron los mismos derechos y deberes: América no fue de
España, América fue parte de España. Por otro lado, a la par que España se
asentaba en el nuevo mundo, seguía explorando el resto del planeta: África no
fue ajena a la hispanidad, además de Ceuta, Melilla y Las Canarias, Guinea
también fue integrada a nuestra civilización, siendo actualmente un país
hispanoafricano, donde el español es uno de sus idiomas oficiales. Expediciones
salidas desde el Callao encontraron Oceanía; desde Acapulco, se hacia la
conexión con las Filipinas, que fueron parte de España hasta fines del siglo
XIX; y, durante toda la época virreinal, el famoso Galeón de Manila hizo la
ruta entre Nueva España y la China, la cual fue la primera experiencia de
comercio global a gran escala en la historia universal.
También, resulta
importante señalar que, a diferencia de las otras naciones europeas, España no
se limitaba a establecer pequeñas colonias o factorías en las costas; más bien,
entraba profundamente en las nuevas tierras. Esto demuestra su claro interés en
conocerlas para poder integrarlas a la cristiandad, más allá de la simple
búsqueda de riqueza material. Por otra parte, si bien es cierto que se puede
decir mucho sobre China, Inglaterra, Francia, Holanda o Rusia y su papel cuando
el mundo comenzó a estar interconectado, nada de lo que hicieron estos pueblos
tiene siquiera comparación con lo nuestro. En consecuencia, no creo equivocarme
si afirmo que buena parte de nuestra forma de vida actual, tiene sus cimientos
en la primera civilización global de la humanidad.
Y si todo eso ya
parece bastante mérito, no debemos olvidar que España es la única nación que
derrotó militarmente al islam y al comunismo. En otras palabras, frenó el
avance de ambos en Europa (y posiblemente en el mundo). La reconquista y
Lepanto pusieron un alto a la expansión musulmana y luego la guerra civil de
los años 30 del siglo pasado significó una victoria impecable de la
contrarrevolución.
En conclusión,
dejemos de lado la mezquindad y la desinformación: es hora de darle a España y
por lo tanto a la hispanidad el lugar destacado que merece en la historia
universal. El 12 de octubre debe ser un día de celebración mundial, para
recordar el inicio de la primera civilización planetaria y la única que puso el
bienestar material y espiritual de las personas por encima de otras cosas.
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